Costa sur & Jökulsárlón
- anetta6
- 15 sept 2014
- 2 Min. de lectura
Segunda semana, segundo tur. Esta vez fueron catorce horas donde pasamos toda la costa sur de Islandia. La primera parada de la ruta fue para ver Skógafoss. (Véase mapa casero para más detalles)
Islandia te deja disfrutar incluso desde el autobús de lo que te ofrece el terreno. Básicamente durante horas vas viendo, explanadas infinitas con ovejas, caballos o bien vacas campando a sus anchas con la correspondiente granja al lado o directamente en un mini vallado ya que su función consiste en separar los terrenos porque hay veces que las ovejas están en el propio arcén e incluso algunas llegan a cruzar la carretera, pero sin riesgo alguno. Eso sí cada cinco minutos el tiempo cambia, cosa 100% islandesa. Empezamos lloviendo al salir de la capital con un viento bastante bastante fuerte, luego se despejó algo, incluso el sol hizo un intento de salir (que en eso se quedó) para acabarlo con una niebla que no dejaba ver nada, pero nada. El guía repetía que no nos preocupáramos que ellos dominaban el terreno, la ruta y que estaban más que acostumbrados a los cambios del temporal, lo que no dijo es que el conductor poseía visión nocturna, porque es la única explicación para poder conducir de noche en la más absoluta oscuridad, ni una farola en 80km, en medio de la nada y con una niebla a ras de suelo y espesa como ella sola.
Llegando al glaciar pasas un puente y ya se dejan ver pequeños icebergs. Te subes a un anfibio, y al agua a empezar a navegar entre glaciares. La vueltecita son unos veinte minutos, suficiente para dejar de sentir los dedos… En mitad del trayecto detienen el barco un momento para que desde una lancha suba otro guía y te diga, entre otras cosas, que la temperatura es de 3 ºC en verano, y te dé a probar un trozo de hielo del glaciar (momento guiri). Sin duda, merece la pena, aunque debido al mal tiempo no pudimos ver más que una pequeña parte de la inmensidad de Jökulsárlón. O sea que cuando haga mejor tiempo, toca repetir.
A la vuelta, antes de adentrarse en Sleepy Hollow, paramos una última vez para ver Seljalandsfoss. Otra catarata, pero ésta tiene la particularidad de que la puedes ver desde el otro lado, es decir desde dentro. No al estilo moisés, sino que hay como una cueva que te permite estar detrás de la cascada, es divertido, diferente… si estas en el lugar y el momento exacto cuando hace aire te puedes ahorrar la ducha.
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