Let it snow
- anetta6
- 13 dic 2014
- 2 Min. de lectura
Semana de cenas y amigos invisibles con mucho frío y mucha nieve, muy muy navideño. Reuniones diríamos pre pre navideñas ya que como algunos vuelven a casa adelantamos las cenas y los regalos. Desde hace semanas, los supermercados están llenos de dulces típicos y la ciudad de luces, como en España. La diferencia es que aquí se agradece ver estrellitas en las farolas cuando día a día tienes menos luz y allí vas casi en tirantes a comprar turrón… Aquí turrón no, pero si tienen sus propias costumbres.
Vamos por partes; empezando por los protagonistas de la navidad, ni portal de belén, ni niño Jesús, ni santa Claus aquí tienen trece yules lads (trolls o viejitos navideños) Trece días antes de la navidad, es decir, desde el 12 hasta el 24 de diciembre, cada uno de ellos baja desde la montaña Bláfjöll que se encuentra cerca de Reikiavik y se dedican a hacer lo que su nombre indica:
Stekkjastaur (Palo de Rebaño)
Giljagaur (De la cascada)
Stúfur (Enano)
Þvörusleikir (Lame-cucharas)
Pottasleikir (Lame-ollas)
Askasleikir (Lame-platos)
Hurðaskellir (Azota-puertas)
Skyrgámur (Traga-yogurt)
Bjúgnakrækir (Devora-salchichas
Gluggagægir (Fisgón)
Gáttaþefur (Busca-olores)
Ketkrókur (Gancho de carnes)
Kertasníkir (Roba-velas)
No solo se dedican a crear el caos, también traen regalos a los niños, si has sido bueno claro. Concretamente los depositan en los zapatos de éstos que previamente ponen en la repisa de la ventana o en la puerta en su defecto si se han portado mal también encuentran una sorpresa, una patata, pocha eso sí.
Esto no acaba aquí, estos “viejitos navideños” vienen de una familia bastante peculiar: su madre es una ogresa llamada Grýla, un gigantesco y terrorífico monstruo que vive en las montañas y que coge su saco y baja a los pueblos en busca de niños que se hayan portado mal; su padre, Leppalúði y el gato Jólaköttur, que también tiene su papel en todo este embolao pero más cercano a la navidad.
En los últimos años con se les consideran más dóciles y más como santa por el tema regalos, y aunque aún se usan de excusa para asustar a los niños que no se portan bien ahora se han relajado un poco más, hubo un tiempo, concretamente en 1746 en que se declaró un decreto público que prohibía el uso tanto de los troles como de su madre para aterrorizar a los niños. Demasié…
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